Los árboles son una de nuestras piezas de escenografía favoritas. A lo largo del blog hemos dedicado bastantes entradas a este tema. Lo cierto es que la mayor parte del Imperio, esta recubierto de bosques, por ello creemos que deben de ser uno de los elementos más recurrentes en Warhammer Fantasy. Por ello seguimos desarrollando distintos tipos de árboles, y en esta ocasión os presentamos algo verdaderamente grande y alto, los bosques de bóveda.
Hay un tablero que nos gusta mucho. Lo conocimos en el Manual de Campo para generales, libro editado por Games Wrokshop. Se trata de un gran bosque partido por la mitad, con un ancho camino que lo cruza de lado a lado. Lo cierto es que en el libro solo le dedican un par de imágenes, pero aún así siempre nos ha llamado la atención.
Lo realmente extraordinario del tablero no es el terreno que representa, si no las dimensiones del mismo. Creemos que es el bosque más amplio que hayamos visto en todo Warhammer Fantasy. A veces nos paramos a calcular las medidas que tiene, y lo cierto es que asustan. Pero de todas ellas hay una que nos gusta en particular, la altura.
Tenemos dos partes de nuestro tablero modular que queremos que sea un bosque de los Elfos Silvanos. Unos bosques de bóveda encajarían a la perfección en ellas. Serían grandes, oscuros, misteriosos y sobre todo altos. Por que cuanto más altos, más antiguos.
Y con esto en mente nos planteamos hacer nuestro propio gran bosque.
Y con esto en mente nos planteamos hacer nuestro propio gran bosque.
Pero un elemento de estas dimensiones tiene sus limitaciones. No queríamos acabar con un bosque en el que no pudiéramos colocar miniaturas y unidades. Por ello se nos ocurrió que sería perfecto dividirlo en tres partes.
Una primera, sería el anillo exterior. La segunda el bosque interior, independiente del exterior pero encajaría dentro de este y podría ser retirado para introducir unidades. Finalmente la cúpula, que lo cubriría todo.
La idea de la cúpula se nos ocurrió a nosotros solos, pero nos dimos cuenta que llevábamos rumiándola desde hace mucho tiempo, casi desde que vimos por primera vez el Manual de Campo para Generales, con su artículo sobre como hacer cúpulas arbóreas. Y aquí nos quedamos sin ego.
En resumen se puede decir que nos disponíamos a hacer el bosque de bóveda del Manual de Campo para Generales, pero a nuestra forma.
Había una última condición que debían tener los bosques de bóveda de los Elfos Silvanos. Debían aportar variedad a la mesa. Por ello no sería posible esculpir los anteriores árboles del Botánicvs Imperialis dándoles más altura.
Esta vez queríamos una especie distinta. Nos decantamos por unos árboles finos, que subieran hacia el cielo con la mayor parte de sus ramas cerca de la copa, en una lucha por alcanzar los rayos del sol, mas allá del ramaje de los demás árboles. Así cada uno habría destinado sus esfuerzos a ganar altura, en vez de a ensancharse, como los anteriores, teniendo dos especies completamente diferentes.
Ya teníamos todos los elementos en la cabeza para nuestro bosque de bóveda, así que nos pusimos a ello.
En primer lugar cortamos una base de unos 400x250mm en DM. Le dimos forma evitando que pareciera cuadrada y canteamos los bordes.
Después nos pusimos con los árboles propiamente dicho. Como en otras ocasiones hicimos un armazón. Esta vez serían bastante más delgados, por lo que solo usamos cuatro alambres. Los trenzamos por parejas y ya teníamos la estructura. Aquí la cuestión era cuanta altura le dábamos, finalmente nos decidimos por unos 230mm.
Colocamos sobre la peana el primer cuerpo de alambre y contamos que necesitaríamos unos once o trece para el anillo exterior. !Solo este elemento tendría más árboles que todo un campo de batalla de Warhammer Fantasy¡.
Para poder manejar con mayor comodidad el cuerpo de alambre lo pegamos sobre una base provisional.
Para hacer la corteza utilizamos masilla de modelismo de secado al aire Das. Lo cierto es que el sistema era bastante sencillo. Hacíamos un churro al cuál le practicábamos una incisión longitudinal. Impregnábamos el alambre con un poco de cola blanca y poníamos el churro a su alrededor, cerrándolo con los dedos.
Quisimos darle volumen al tronco del árbol. Para ello utilizamos dos cilindros de masilla finos que pusimos sobre este y texturizamos la parte interior.
Después empezamos a texturizar la parte exterior del tronco. Probamos con un rayado, como en los anteriores árboles. Y lo aplicamos por toda la superficie.
Lo cierto es que no nos acabo gustando la textura. Había algo en ella que no cuadraba. Así que nos toco volver a empezar y buscar una textura que quedase mejor, por lo que tuvimos que pensar en algo distinto.
Así que volvimos al tronco del árbol liso. Esta vez usamos una esponja para la ducha que fuimos presionando contra la masilla dejando su marca impresa en ella. Esto nos gusto bastante más y decidimos que sería la textura que utilizásemos en este tipo de árbol.
Para darle algo de irregularidades pusimos un poco de masilla aquí y allá. Le dimos algo de forma, que sería un poco aplastada por la esponja cuando la pasásemos por todo el tronco.
Las ramas las hicimos prácticamente igual, solo que a menor escala. Lo más preocupante era que todos los árboles debían quedar a la misma altura, pero decidimos no preocuparnos por esto aún. Una de las ventajas de trabajar con esta masilla es que si la humedeces de nuevo puedes volver a trabajar con ella.
Ya solo nos quedaba la base del árbol. Sería mucho más delgada que los anteriores, y apenas tendría alguna raíz. Lo malo es que ahora teníamos una pieza que pesaba bastante, sin peana que teníamos que pegar a otra, así que debimos ingeniárnoslas para que se mantuvieran en pié mientras la cola blanca secaba.
Después solo fue cuestión de poner masilla y texturizar al igual que en el resto del árbol.
Ya lo teníamos listo, el primero de muchos. Con el proceso bien marcado nos pusimos a hacer más árboles, para completar el bosque de bóveda. En cuanto terminemos de hacer todos los árboles nos pondremos con la peana y con la cúpula.
Lo cierto es que tenemos la sensación de que hasta que no avance más el proyecto no nos demos cuenta de la verdadera magnitud de este. Imaginamos que a vosotros, que solo veis las fotos, os pasara igual. Esperamos poder mostrároslo pronto.
¿Que os parece hasta ahora? ¿ Cual creéis que debería ser la altura máxima de un elemento en un campo de Warhammer Fantasy?
En primer lugar cortamos una base de unos 400x250mm en DM. Le dimos forma evitando que pareciera cuadrada y canteamos los bordes.
Después nos pusimos con los árboles propiamente dicho. Como en otras ocasiones hicimos un armazón. Esta vez serían bastante más delgados, por lo que solo usamos cuatro alambres. Los trenzamos por parejas y ya teníamos la estructura. Aquí la cuestión era cuanta altura le dábamos, finalmente nos decidimos por unos 230mm.
Colocamos sobre la peana el primer cuerpo de alambre y contamos que necesitaríamos unos once o trece para el anillo exterior. !Solo este elemento tendría más árboles que todo un campo de batalla de Warhammer Fantasy¡.
Para poder manejar con mayor comodidad el cuerpo de alambre lo pegamos sobre una base provisional.
Quisimos darle volumen al tronco del árbol. Para ello utilizamos dos cilindros de masilla finos que pusimos sobre este y texturizamos la parte interior.
Después empezamos a texturizar la parte exterior del tronco. Probamos con un rayado, como en los anteriores árboles. Y lo aplicamos por toda la superficie.
Lo cierto es que no nos acabo gustando la textura. Había algo en ella que no cuadraba. Así que nos toco volver a empezar y buscar una textura que quedase mejor, por lo que tuvimos que pensar en algo distinto.
Así que volvimos al tronco del árbol liso. Esta vez usamos una esponja para la ducha que fuimos presionando contra la masilla dejando su marca impresa en ella. Esto nos gusto bastante más y decidimos que sería la textura que utilizásemos en este tipo de árbol.
Las ramas las hicimos prácticamente igual, solo que a menor escala. Lo más preocupante era que todos los árboles debían quedar a la misma altura, pero decidimos no preocuparnos por esto aún. Una de las ventajas de trabajar con esta masilla es que si la humedeces de nuevo puedes volver a trabajar con ella.
Ya solo nos quedaba la base del árbol. Sería mucho más delgada que los anteriores, y apenas tendría alguna raíz. Lo malo es que ahora teníamos una pieza que pesaba bastante, sin peana que teníamos que pegar a otra, así que debimos ingeniárnoslas para que se mantuvieran en pié mientras la cola blanca secaba.
Después solo fue cuestión de poner masilla y texturizar al igual que en el resto del árbol.
Ya lo teníamos listo, el primero de muchos. Con el proceso bien marcado nos pusimos a hacer más árboles, para completar el bosque de bóveda. En cuanto terminemos de hacer todos los árboles nos pondremos con la peana y con la cúpula.
Lo cierto es que tenemos la sensación de que hasta que no avance más el proyecto no nos demos cuenta de la verdadera magnitud de este. Imaginamos que a vosotros, que solo veis las fotos, os pasara igual. Esperamos poder mostrároslo pronto.
¿Que os parece hasta ahora? ¿ Cual creéis que debería ser la altura máxima de un elemento en un campo de Warhammer Fantasy?